Paletas ibéricas y de cebo criados y producidos por la familia caballero.
La principal diferencia entre un jamón ibérico y una paleta ibérica la podemos observar a simple vista en la forma y el peso. El jamón ibérico tiene una morfología más alargada, con una caña más fina que la paleta. La paleta es una pieza más estrecha, pequeña y redondeada. El peso de un jamón ibérico oscila entre 7 y 9 kg, mientras que la paleta suele estar entre los 4 y 6 kg.
El tiempo de curación también es distinto. Debido a su tamaño, al ser más estrechas que el jamón, las paletas tienen un tiempo de curación muy inferior al del jamón ibérico: entre 20 y 30 meses. En cambio, el jamón ibérico supera, en ocasiones, los 36 meses de curación hasta llegar a los 48 meses.
Asimismo, la distribución de la grasa es diferente. En la paleta ibérica la grasa está más concentrada que en el jamón ibérico que está más infiltrada en la carne. Esto se debe a que, en época de montanera, los cerdos ibéricos de bellota se crían en libertad en la Dehesa y recorren varios kilómetros al día en busca de su alimento: las bellotas.
Otra diferencia muy importante es el precio. La paleta ibérica de bellota es más económica que el jamón ibérico.
